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6/11/15

Ensaladilla de invierno

Ensaladilla de invierno (quinoa, remolacha, calabaza, patata y mayonesa vegetal o veganesa)



Con ingredientes propios de la temporada de otoño e invierno, podemos hacer esta deliciosa ensaladilla vegana cuyos protagonistas son la calabaza, la patata y la deliciosa remolacha. Este trío es complementado con unos granos de quinoa que le aporta todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita.

Es un plato que sorprenderá por su sabor 'terrestre', tan característico de los tubérculos, mezclado a la vez con notas dulces y untuosas de la calabaza. El toque crujiente y picante de la cebolla es un plus que le da una textura diferente.

Respecto a nivel nutricional, es una ensalada muy energética que puede considerarse, perfectamente plato único. En cuanto a vitaminas y minerales, lo más destacable es el alto contenido en hierro y magnesio (de la remolacha); potasio, fósforo y calcio, vitamina C y betacarotenos (de la calabaza).

Es interesante saber que la remolacha es un potente anticancerígeno gracias a su fuente única de betalaínas (pigmento que le aporta ese color tan característico), que han demostrado ser eficaces antioxidantes y antiinflamatorios.

¡Probadla y me contáis qué os ha parecido!


Ensaladilla de invierno (quinoa, remolacha, calabaza, patata y mayonesa vegetal o veganesa)




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Ensaladilla de invierno



INGREDIENTES (Para 3 personas)

3 patatas
1 remolacha grande o 2 pequeñas
1 trozo de calabaza (tipo cacahuete)
1/2 cebolla
Cebollino fresco
100 gr. aprox. de quinoa
1 cucharada de aceite de oliva (de 1ª presión en frío)
1-2 cucharaditas de zumo de limón
Sal marina o del Himalaya
Pimienta negra recién molida

Veganesa o Mayonesa Vegetal
100 leche de soja
Aceite de oliva (de 1ª presión en frío)
1 cucharadita de mostaza de Dijon (salsa)
1-2 cucharaditas de zumo de limón (o vinagre de manzana)
Sal marina o del Himalaya
Pimienta negra recién molida


ELABORACIÓN

Limpia, pela y trocea la patata y la remolacha, y colócalas en una vaporera (mejor no las mezcles para que no se tiñan las patatas del rojo de la remolacha, es decir, coloca a una parte la patata y en la otra la remolacha) y cuécelas unos 15 minutos (dependerá del tipo de patata), hasta que al pincharlas con un cuchillo o tenedor compruebes que están en su punto (ten presente no hacerlas demás porque sino se desharán).

[El hecho de cocinarlas al vapor en lugar de hervirlas es porque de esta manera conserva, prácticamente, todas sus cualidades nutritivas, ya que al no sumergirlas en agua no se diluyen ni sus vitaminas ni sus minerales.]

Pela y trocea la calabaza y colócala en un recipiente apto para el horno. Riega con un chorrito de aceite, salpimienta y hornea durante 15-20 minutos, a 180ºC a media altura. [He escogido el horneado porque le aporta un sabor especial y característico, pero si queréis omitir este paso podéis cocinarla, perfectamente, también al vapor].

Limpia muy bien la quinoa con agua, hasta que ésta salga limpia. Ponla en una cazo pequeño, con doble cantidad de agua hirviendo (1 parte de quinoa por 2 de agua), tápalo y deja cocer a fuego lento hasta que se absorba todo el líquido.
Una vez hecha, deja templar y alíñala con un poco de limón, sal y pimienta negra recién molida.

Para preparar la veganesa o mayonesa vegetal (os recomiendo que leáis el artículo publicado en Gastronomía Vegana donde lo explica todo detalladamente y está muy completo) coloca en la batidora (o en un vaso alto y estrecho para batidora de brazo) la leche de soja, la mostaza y una pizca de sal. Bátelo ligeramente a velocidad media, unos segundos. Si lo que utilizas es una batidora de brazo, no la muevas del fondo del recipiente aún.

Ves añadiendo un finísimo chorrito de aceite de oliva, muy lentamente, sin dejar de batir y sin levantar la batidora del fondo. Pasados 1-2 minutos se formará una emulsión. Ten presente de no mover todavía la batidora. Hasta aquí, habremos añadido más o menos, la misma cantidad de aceite que de leche de soja.

Siempre sin dejar de batir, añade un chorrito de zumo de limón (2 cucharaditas). La emulsión habrá ganado mucha consistencia, pero para hacerla más espesa, seguiremos añadiendo aceite con un chorrito fino y la salsa seguirá emulsionando/espesando. Si tu batidora es de brazo y ves que la salsa ha espesado, añade una pizca de pimienta negra y ya puedes mover la batidora de arriba a abajo. 

Comprueba el sabor y si ves que está muy suave puedes añadirle más limón, sal, pimienta e incluso ajo. Reserva.

Una vez ya preparados todos los ingredientes, es siguiente paso es montar la ensaladilla. 
En un bol mezcla la patata, la cebolla picada bien fina y el cebollino, picado también. Añade un par de cucharadas de veganesa y remueve suavemente para no deshacer la patata. Incorpora la calabaza y vuelve a remover. Puedes añadir más salsa si lo crees conveniente.

En otro recipiente, mezcla la remolacha con la salsa.

Monta la ensaladilla poniendo una base de la mezcla de patata, calabaza y cebolla. Encima coloca la remolacha y, finalmente, incorpora la quinoa por encima.

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Ensaladilla de invierno (quinoa, remolacha, calabaza, patata y mayonesa vegetal o veganesa)




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